miércoles, 2 de julio de 2014

Hábitat - Ruth Vaides

Mi cuerpo es una casa en ruinas
con puertas y ventanas quebradas
donde conviven en eterno aquelarre
los ángeles y los demonios de mi pensamiento.

Mis piernas son columnas rotas
que a duras penas sostienen
el ático que guarda mis pocos sueños.

Los recuerdos vagan sin rumbo
como fantasmas por los largos pasillos
de la memoria perdida.

El corazón es un salón abandonado
lleno de muebles viejos y telarañas
que hace muchísimo tiempo nadie visita.

A mi jardín del cabello
le brotan rosas negras
y enredaderas cubiertas de púas.

Una grieta en la pared de mi vientre
me hace temblar de miedo ante el colapso
pues cada noche cuando duermo me derrumbo.

Y en cada amanecer
sigo buscando mis ojos.

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